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"Lo que si hay una globalización muy compleja que genera un montón de problemas sociales y culturales. Estos choques culturales basados en raza o principos étnicos o nacionales. Pero lo que sí se da es hay un mayor flujo. Se incrementa el flujo de personas, ideas y mercancías", explica Juan Pablo Viteri.

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Viteri ha podido ver como progresivamente en Quito, desde jóven, se fue dando un mayor acceso a formas culturales como música, cine y eso viene con las facilidades que dan los medios de comunicación.

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"Obviamente se ha visto por la coyunturas políticas un aumento de personas y eso ha generado minorías migratorias, cada vez mas notables en Quito, como colombianos, cubanos, jamaiquinos, haitianos. A veces hasta europeos o gringos", agrega.

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También ha habido una mayor explotación del turismo. Y se ha visto como Quito se ha integrado a un mundo capitalista mercantíl. "Antes se veían las cosas en el cine y parecían super distantes; como ciertas multinacionales de comida y otras marcas que aquí no existían. Pero ahora ya están aquí".

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Y ahora son cada vez más cotidianas esas marcas que antes eran lejanas a nosotros. Pero, eso en cuanto a las mercancías. En cuanto a lo cultural hay mayor acceso a bienes culturales. Aunque todavía es distinto y limitado si se compara con otros lugares de Sudamérica.



Para Jorge Albán, Vicealcalde de la capital, Quito sí es cosmopolita. Aunque evidentemente con diversos factores y limitaciones, por ejemplo temas como viabilidad y trasnporte público, que necesitan mejorar.  



“Es una ciudad que se abastece de servicios modernos, que está conectada con el resto del mundo, que se alimenta con las formas y prácticas culturales del mundo contemporáneo, está muy interconectada con otras ciudades. Tenemos muchos visitantes de todo el mundo y tenemos prácticas gastronómicas, prácticas culturales espectáculos. Tiene un grado de diversidad poblacional, cultural, racial. Con todos estos elementos ya se considera una ciudad cosmopolita”, afirma.